martes, 10 de marzo de 2015


Las rendijas de la persiana

la luz movediza de los carros
que auscultan la noche.

Ráfagas que cruzan la pared
como ramalazos súbitos

Pienso en esos acaudalados
que un día desertan de sus negocios
y desaparecen del mapa

en esos buscadores
que un día se internan en la selva
y se quedan allí para siempre

Pienso en Rimbaud renunciando  a la poesía
y viajando a Somalia
para dedicarse al tráfico de armas

Ahora los destellos de luz

se estrellan en mi cogote

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