Amontonado

en ese naipe

de olvidos

que es la memoria

atrapado

en ese matorral

de desconciertos

en que lo vivido

y lo inventado

forman una mixtura inextricable

te sientes esclavo y príncipe

de tu fatalidad

en la misma piedra

de una geografía utópica

Las rendijas de la persiana

la luz movediza de los carros

que auscultan la noche.

Ráfagas que cruzan la pared

como ramalazos súbitos

Pienso en esos acaudalados

que un día desertan de sus negocios

y desaparecen del mapa

en esos buscadores

que un día se internan en la selva

y se quedan allí para siempre

Pienso en Rimbaud renunciando  a la poesía

y viajando a Somalia

para dedicarse al tráfico de armas

Ahora los destellos de luz

se estrellan en mi cogote

Un periódico desmantelado

propaga sobre el asfalto

una sementera de papeles volanderos

en los que viajan las noticias

como sudarios abrumados de tipografía

La ciudad tiene ese aspecto esmerilado

que refugia la inminencia de un naufragio

Avanzo por la acera

y elevo la mirada a un cielo

del que han desertado las estrellas

El criptograma intenta

crecer en tu recuerdo

como un tumor cancerígeno

empieza a infiltrarse

en tus pesadillas

con un zumbido de moscas

atrapado en tu música

de palabras sonámbulas

frases calculadamente ambiguas

        

o tal vez

aluden a un código de emociones

que tu ni ningún otro mortal          

puede descifrar

The smiles to thy face queued up

 - watercolor S / linen - 

Keyla Holmquist © Venezuela

Invitación al evento Foro Las artes como patrimonio cultural - Feria Internacional del Libro Universidad de Carabobo - Filuc 2014 

 Con Juan Calzadilla, Miguel Cabrera, Sara de Atiénzar - Foro: Las artes como patrimonio cultural - Filuc 2014

En la presentación de mis Libros de Artista - 2014

Algunos de mis Libros de Artista, realizados en 2014. Técnica mixta s/cartón - Serie de 43 originales © Keyla Holmquist -Venezuela 

 Some of my artist books, made in 2014. Mixed media s / Cardboard - Series of 43 original © Keyla Holmquist -Venezuela

El agotamiento se impone

como una anestesia

discurriendo en los plurales

territorios del tedio

pero ninguno de estos paisajes interiores

asoma a mi rostro

ni siquiera el disculpable cansancio

Y es que no necesito tanto la esperanza

como el miedo para sentirme viva