sábado, 27 de diciembre de 2014

Una tristeza leve

Una tristeza leve

etérea

roza su alma con el ala

Tiene las ideas embrolladas

después del segundo vaso
logra enfocar bien el cuadro del mundo

Se ve de pronto
como una mirada ajena

Un lazo es para pescar el pasado


y el otro para atrapar el futuro 

Y al conjuro de tu voz

Y al conjuro de tu voz

un placer ensimismado me asedia
y aísla del mundo circundante

suspendida
sobre la marea de recuerdos
que asaltan mi conciencia

con un alborozo de semillas
que acuden al reclamo
del esplendor



Me devuelves la provincia de la infancia

viernes, 26 de diciembre de 2014

Keyla Holmquist: la mueca y el espejo roto. Por José Napoleón Oropeza



Keyla Holmquist: la mueca y el espejo roto.


Hace ya varios años, quizá una década, tuve la oportunidad de ver unos dibujos firmados por una artista, llamada Keyla Holmquist. En ese momento, su obra era totalmente desconocida para mí, aun cuando ya había participado en varios salones de arte y exposiciones colectivas en Caracas, Maracay y Valencia y (lo supe años después) había sido oyente en uno de mis cursos de literatura sobre la imagen y el símbolo como puentes: el mar y el río en el lenguaje de todas las artes.
Cada vez que veía una obra suya, después de esa primera ojeada en su obra tan simple y profunda, en Maracay, en la oportunidad de haber sido integrante del jurado único de selección y premiación, en una de las ediciones del Salón Aragua, conjuntamente con Bélgica Rodríguez y Mariluz Cárdenas, quedaba embelesado ante la imagen que se inventa y reinventa en su obra: la de un espejo roto dador de vida: una y múltiple en los destrozos, en cada fragmento que se armaba y se desarmaba en la composición de rostros de mujeres, cuya forma expresiva acercaba el tema a la caricatura.
La forma de sus dibujos me sedujo desde aquel entonces: una línea gruesa que se enrolla, desenrolla y crea rostros, o mejor muecas, acaso caricaturas que se transforman frente al espectador, dejando siempre la sensación de un “callado estruendo”, de un bullicioso silencio en la mueca de un rostro de mujer, algunas veces de muñeca o de niña. Ante su obra, sencilla y fascinante, me atraía, como siempre, la manía de buscar confluencias y antecedentes en su obra: Wilhem de Kunming, Egon Shiele, Pablo Picasso. Y ¿Por qué no la de un niño cualquiera? ¿O la empozada soledad en la Marcella, de Ernst Ludwig Kirchnner? Pero, al final, se imponía y se impone, como secreto o gran hallazgo, el gesto sensual, agresivo y fantástico de los dibujos de una niña traviesa. El gran sueño de Picasso de dibujar y pintar como los niños, su fuerza, fiereza y espontaneidad, se la apropió, para la eternidad de un instante que se cierra en gota de agua, esta gran artista de nombre igualmente fantástico: Keyla Holmquist. ¿Nacida en Caracas? No. Nació y nace, ahora, acaso transmutada en posibles autorretratos concebidos en los fragmentos de un destrozado espejo cuyos pedazos enmarca, siempre, una línea.

La faz de sus rostros, en cada obra, nos entregan, al rompe, una mueca, el desparpajo inocente, una libertad onírica, semejante al dibujo de un niño: ése que obsesionó a Picasso toda su vida, ese niño que el gran artista quería volver a ser en sus dibujos y que esta artista nuestra, nacida, efectivamente, en Caracas, en el año 1958 y que vive y ha desarrollado toda su vida en Maracay, aunque haya participado en exposiciones individuales y colectivas, dentro y fuera del país, tales como Ámsterdam, Nueva York y Sao Paolo. Siempre con sus mujeres, sus muecas, sus niñas, o quizá muñecas que se obsesionan por la idea de hacer muecas, simular sonrisas y buscar el blanco batiente, el viento en todas direcciones, con sus ojos rasgados y sus huesudas manos: apenas una línea que juega a insinuar mano o cabellera, algunas veces en medio de manchas y de grumos, borrones, tachaduras.

Un rostro, el resto de una esfinge o de una niña de pelo encrespado, disuelta su cara en el llanto o la risa: el expresionismo de la canción de un pesado silencio. Llanto y risa componiéndose, acaso disuelta en una línea: se esfuma, o a veces, simula en un borde negro, el arabesco de un silencio empozado en manchas nacidas de veladuras y grumos. La misma luz del ojo, del anillo que fija, en su redondez, todos los encuentros de una línea y el mínimo color. Se busca el blanco: el infinito brota de la línea y forma una rama, una arboleda en los cabellos de mujeres y de niñas. ¿Acaso unas muñecas?.
Todas esas experiencias las vivimos, las experimentamos, al unísono, en cada una de las obras (o muecas, líneas que se enrollan para simular manos, cabellos, ojos) de esta gran dibujante que ha logrado volver a ser niña en cada una de sus obras, de sus dibujos, sus estaciones marcadas por una línea que, en Keyla, y sólo en ella, se vuelve pétalo, punto infinito en la mueca nacida del esbozo de un próximo gesto.

Y ese gesto cobrará forma en las hojas de un libro abierto o en una cabellera. El blanco que obsesiona a la artista bautizada con el nombre sonoro y pétreo de Keyla Holmquist subraya, hasta hoy, la existencia de una sola obsesión en su obra: en los dibujos sólo existen el blanco, el fragmento y la luz en ellos fracturada. La línea desnuda, otra vez quebrada tras nuevo nacimiento: pétalo suelto, callado silencio. Estruendo luminoso de un rostro que acecha, en envolvente y fantasiosa mueca.

José Napoleón Oropeza

Las Eluvias III, amanecer de los días 31 de agosto, 1º y 3 de septiembre de 2013.©
Literales. Diario Tal Cual, Caracas, sábado y domingo 12 y 13 de abril de 2014

jueves, 25 de diciembre de 2014

Tener que convivir

Tener que convivir
con esta desazón que crece
dentro de mi
contagiando con su respiración
la penumbrosa región de los secretos

Enciendo el televisor
y me paseo apáticamente

por los canales sin sonido

sábado, 27 de septiembre de 2014

Guido Vermeulen (1954-2014) - Bélgica


Guido Vermeulen (1954-2014) - Bélgica

Desde aquí, expreso mis condolencias a toda la familia del Arte Correo por la muerte de nuestro querido amigo Guido Vermeulen. Él era muy querido en nuestra comunidad de Arte Postal, y su pérdida será sentida en todo el mundo.

From here, I express my condolences to the family of Mail Art by the death of our dear friend Guido Vermeulen. He was much beloved in our Mail Art community, and his loss will be felt worldwide.

miércoles, 20 de agosto de 2014

La calle se va desnudando de gente

La calle se va desnudando de gente

aún guarda el eco de mis pasos

de vez en cuando se detienen
para apresar el fugitivo deleite de la memoria

Los árboles de ambas orillas
parecen una guarnición
de guerreros que han salido
en cueros a cumplir su tarea
de centinelas de la noche

La noche tiene una limpieza


de puñal húmedo 

jueves, 14 de agosto de 2014

Tumbada de espaldas sobre mi cama


Tumbada de espaldas sobre mi cama
dejo vagar mi mirada por el techo
mientras retazos de frases
vienen a mi mente

Me gustan las palabras y sus asociaciones

me gusta imaginar diálogos
en los que me reservo la réplica triunfante

Siempre es luminosa

perentoria

tajante como una navaja

y desde luego



es siempre la última palabra

El viejo cree en los duendes

El viejo cree en los duendes

en las hadas

en los espíritus de las cosas

en el diablo
y en Cristo

él no escribe poemas

pero pesa las palabras
una por una
como lo habría hecho
al oír aves canoras
de las cuales lleva buena cuenta

Con su letra tosca él sabe
las diversas acepciones
de abatido respecto a un hombre

a un caballo

un gallo

a veces se siente abatido

deprimido

pisoteado

aplanado para el canto

simplemente abatido
y finalmente

vencido y descartado

La geografía de la ciudad


La geografía de la ciudad

violentamente cambiada
mira también la soledad

La ciudad es un espejo

Hoy no es ni la sombra


de una sombra                                                                                  

jueves, 24 de julio de 2014

Un periódico desmantelado

Un periódico desmantelado
propaga sobre el asfalto
una sementera de papeles volanderos
en los que viajan las noticias
como sudarios abrumados de tipografía

La ciudad tiene ese aspecto esmerilado
que refugia la inminencia de un naufragio

Avanzo por la acera
y elevo la mirada a un cielo

del que han desertado las estrellas

Transformada en una tiránica

Transformada en una tiránica
creadora de sonidos

el lenguaje
me envuelve
                                
me devora

idéntico a un pez
que se revuelca
sobre una red de palabras

Las cosas se pierden
en la distancia
encubiertos por la neblina
de sus nombres

mi anhelo es similar al de Aquiles


cuando pretende alcanzar a la tortuga

viernes, 11 de julio de 2014

Los días de turbio en turbio








Un efímero haikù

Un efímero haikù
de espejos
para restaurarse
la apariencia

Tintas gráficas sobre lino - 2013
Con su paso
de campana sola
a veces se pone a posar
y le falta
el sentido del límite

Una enredadera
de varices sube
por la columna
de sus piernas

Lleva la sabiduría
en el paladar

su cocina es templo


del fast-food




Keyla Holmquist, 2006

jueves, 10 de julio de 2014

Me despierto con un rayo de luz


Me despierto con un rayo de luz
que entra por la ventana

Telarañas de sueño en los ojos
                extrañamente despejada

lo imaginario y lo real


el sueño y la vigilia